jueves, 8 de octubre de 2015

La mano que te da de comer


Tú nunca la beses,

                                   muerde esa mano,

muérdela bien, te digo,

así,

a dentelladas,

sin rencor y con rabia

hasta llegar al hueso, donde duerme

bendito el tuétano de la verdad,

muérdelas todas,

todas las manos limpias

que te dan de comer, que te amparan y alivian

en las noches sucias de tu condena,

pues si con una mano – dicen – te dan la vida,

con la otra mano – digo – matan tu dignidad.




Conrado Santamaría. De vivos es nuestro juego. Ruleta Rusa Ediciones, 2015.

Imagen: Léon-Augustin Lhermitte. La paga de los segadores

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