lunes, 1 de noviembre de 2021

[Sólo de lo negado canta el hombre,]


 

Sólo de lo negado canta el hombre,

sólo de lo perdido,

sólo de la añoranza,

siempre de lo mismo.

 

Cuando cerró para siempre el huerto

la cancela de espinos,

entonces se inventó la queja de la lira,

la flauta del suspiro.

 

Y desde entonces sólo canta

en su torre el cautivo,

a su rueca la esclava,

el desterrado en el navío.

 

De la jaula (aletea y sangra)

el pájaro desconocido

salir quiere, y no puede:

su jaula es él mismo.

 

Y por eso el minero canta

    por un sol de oro limpio;

canta el pobre, la pena canta;

no canta el rico.

 

Entre las piernas de la amiga

     vida busca el amigo,

y se encuentra con un tesoro

     de verdes ojos fríos.

 

Y así es como canta el hombre

     por su niño antiguo,

y la boca sin pan y sin besos,

     y el cielo vacío:

 

siempre de la añoranza, de lo negado,

de lo perdido;

     siempre de lo de otro,

nunca de lo mío.

 

 

Agustín García Calvo. Canciones y soliloquios. La Gaya Ciencia, 1976.

Imagen: Antanas Sutkus. Rimanta Krilaviciute, Nida, 1984.

No hay comentarios:

Publicar un comentario