viernes, 29 de noviembre de 2024

PALABRAS PARA ROMÁN


 

A Román Sanz, in memoriam

 

Como sin darnos cuenta, compañero,

-como sucede siempre si prestamos

interés o valor a tonterías-,

se nos ha venido noviembre

a echar encima, y ¿qué decirte?,

¿qué decirte, Román?, que hace ya un año.

Las orillas del río

se han puesto coloradas de repente

con las hojas caídas,

y el cuchillo del frío por ahora

anda un tanto embotado y no nos corta,

las nubes van y vienen, llueve poco.

Se ve en el Espolón mucho turista,

también mucho adefesio

con su rancio postín y su incorrupta

hipocresía. La alcaldesa está,

bien lo sabes, a lo que ordene el Jefe,

los sufridos patronos a hacer caja

y el otoño caliente

que los mayoritarios siempre anuncian

se está quedando tibio, congelado.

En Gamonal, en cambio, se anuncia otra revuelta,

y esto, ¿qué quieres que te diga?,

anima un poco.

Román, son tantas las batallas

que nos dejaste y que hay que pelear.

Nosotras y nosotros, ya lo sabes,

haciendo lo posible y lo imposible,

dando siempre la cara, a voz en grito,

interponiendo el cuerpo entre el abuso

y esa fea costumbre: claudicar.

Y así vamos tirando, con la cabeza alta,

unas veces unidos y otras veces

con esas tristes broncas que nos son inherentes

y que a ti tanto, tanto te dolían

y te hacían soltar un juramento.

No tenemos remedio, compañero.

Pero nunca, Román, nunca olvidamos

esas palabras tuyas sobre apoyo y cuidados

que tanto nos llegaban,

la pasión desbordada de tus hechos,

tu defensa incansable de una vida

digna y feliz, común a todo el mundo,

otra forma de vida menos muerta.

¿Qué quieres que te diga?,

que ya ha pasado un año y que te echamos,

ay, cada vez un poco más de menos.

 

“Oye, ¿has visto a Román?”,

me pregunta Castrillo, en la última manifa.

“Está siempre ahí delante”, le contesto,

“siempre de avanzadilla y sonriendo,

con su bandera rojinegra y el gorro miliciano”.

 

 

Conrado Santamaría. Inédito.

Imagen: Román Sanz

3 comentarios:

  1. Hermosísimo poema, Conrado. Muy emotivo. No conocí a tu compañero, pero debió ser una gran persona.

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  2. Ay! Conrado, esa gente a la que, como tú felizmente dices, se la echa "cada vez un poco más de menos" es la que nos hace la vida un poco más digna de ser vivida. A buen seguro que tu amigo Román oirá alegre tus palabras. Al resto nos hacen crecer el deseo de haberlo conocido.
    Salud!

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