Dentro del primer consorcio hay un segundo, dentro del segundo hay un tercero, dentro del tercero un cuarto consorcio, etc.
Dentro del consorcio n.º 3517 hay un hombre calculando el rendimiento de un obrero
En el consorcio n.º 1423 hay un hombre calculando la esperanza de vida de un obrero
El hombre n.º 8611 ha estado todo el tiempo desvariando sobre el derecho del individuo a su propia vida
Al final de todos los consorcios reunidos hay una dinastía financiera
Inger Christensen. Eso. Editorial Sexto Piso, 2015. Traducción: Francisco J. Uriz.
Imagen: Friedrich Dürrenmatt. Frank V, Oper einer Privatbank. Representación: Zürich, 1959.
Tal vez deberíamos ver el vivir -lo propio de la vida- no como un derecho, sino como deber. Un deber sobre algo que nadie ha elegido previamente y contra el cual atenta -constante- el cálculo del dinero, con sus consorcios, dinastías y todo tipo de dispositivos de sometimiento (también morales).
ResponderEliminarPor aquí abajo, en el sustrato apegadito a la tierra, junto a las raíces de la existencia, creo que la mayoría vemos la vida así, como un deber, con excepción claro está de las conciencias colonizadas, que también las hay, que defienden la lógica de las hojas que usufructúan la luz solo para ellas. Salud y Vida, Joan!
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