Los Estatales golpearon tu cuerpo, Genaro
sí, que sí lo golpearon.
En sus hocicos tenían
los coágulos de tu sangre.
Y es que saliste luego de las 11, Genaro
y tú sabes que de las sombras
brotan los pájaros de la piedra
Hicieron que te mordieras la lengua/ tres veces
mientras daban de culatazos a tu quijada
Todo eso de los cristales rotos
y los huesos del ¡crack!
te vinieron a caer encima
(Ahora eres tan hombre/ como el perro que agoniza
a un lado de la calle)
Y es que ya te habían dejado ir, Genaro
si nomás era una revisión de rutina
Pero tenías que quejarte por los 100 pesos para la cena
por el procedimiento “arbitrario”
porque aquí todo se puede
y es que aquí todo se puede, Genaro
porque es punto rojo te dijeron
y sí es punto rojo
Siente la vida drenándose de tu cuerpo
el sabor de tierra y sangre mezclados en tu boca
este mundo que es como una espiral
y viene a enterrársenos en la espalda
a cada parpadeo
¡Ni tiempo hay de mirar a las estrellas!
Los policías te torturaron Genaro
te pisaron los huevos con sus botas de Caín
te machacaron la carne y el alma
para después venirte a tirar en este rincón de tu colonia
porque es punto rojo
y porque aquí todo se puede
¡Ni tiempo hay de mirar a las estrellas!
Guillermo García. En Todos los dioses. Antología panhispánica de poetas jóvenes del siglo XXI. Antologador: Ivo Maldonado. Ultramarina C&D, 2022.
Imagen: Daniel Richter. Sin título, 2006.
La barbarie es una. Múltiples, casi infinitas, son las formas de realizarse -esto es, de quebrar huesos y almas, de sellar bocas, de verter sangre, de decretar muerte en lo vivo-.
ResponderEliminarEl Dios de la barbarie es mudo. La palabra es lo que nos queda de humano. Esa palabra es la que pone el poeta sobre la superficie de la tierra. Palabra de memoria y de acción, que a todos pertenece y a nadie.
Completamente de acuerdo, Joan, pero no hay que olvidar la Palabra del Poder, cuyo origen fue la violencia (Benjamin dixit) y luego se autolegitimó como acuerdo y voluntad general. Aunque menos perceptible, no menos sanguinaria, y tan manejada y celebrada por tantos y tantas poetas del Orden. Salud!
EliminarClaro, Conrado, muy bien visto! ... que una cosa es el Dios mudo y otra sus acólitos: los del Poder, los RobaPalabras, esos que las utilizan como envoltorio o escaparate de las botas que "machacan carne y alma". Salut!
ResponderEliminarEnvoltorio, escaparate, patenas, puntillas y chorreras. Salud, Joan!
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