miércoles, 29 de noviembre de 2023

EL LIBRO DE TOLEDO


 

Una noche, en la costa,

la brisa se detuvo contra su voluntad

por la mañana el mar se tornó agua negra

(Palabras inscritas en un banco

de madera en el Río Tajo)

 

El fuego antiguo

requiere cualquier excusa para comenzar

a encender los barcos

(Palabras de un marinero, testigo

de la guerra entre el mar y un dictador)

 

No te das cuenta de que yo soy el océano–

cada vez que me disparas

tu bala se transforma en una pequeña isla

donde yo me tiendo

(Palabras de una víctima,

dedicadas a su enemigo)

 

Un soldado le pregunta a otro

¿cómo puedes dormir,

si has matado a tantos hombres?

Porque cuando cierro los ojos

mis sueños se desvanecen

(Conversación sobre el Puente de Alcántara

entre dos desertores de una guerra religiosa)

 

Cuando el viento se hospede en tu casa

asegúrate de que las ventanas estén abiertas

para que no se lleve a todos

(Esto fue lo que un exiliado le dijo a otro

en la Sinagoga del Tránsito)

 

Entre las horcas,

mi reflejo –sólo lo podía ver

si estaba muy lejos–

cuando abandonamos el hogar

nunca dejamos de buscar

imágenes de la tierra en nuestros rostros

(Palabras escritas en el muro

de la Mezquita del Cristo de la Luz)

 

¿Es esa la bufanda de mi madre

o un gorrión que pasó volando?

(Palabras del hijo de un pacifista, de ocho años,

segundos antes de volverse ciego y mudo)

 

Cuando un poeta enloquece

regresa a sus palabras

cuando las palabras no soportan

su significado

van a la plegaria

cuando la plegaria

no vislumbra la montaña negra

se vuelve hacia Dios

(Palabras de un hombre

sin patria)

 

Nos dieron mantas

un cielo de mil caras

un mar para nadar

y en vez de apartarnos,

nos perdimos en ellos

(Palabras de un inmigrante

cuya vida fue demasiado breve)

 

¿Cuándo regresarás a La Mancha?

(Esta es la oración diaria de mi padre)

 

 

Natalie Handal. En Poetas de Otros Mundos. Resistencia y verdad. Editor: Ángel Guinda. Traducción de Mohsen  Emadi. Olifante, 2018.

Imagen: Abed Abdi. Fleeing from the Massacre, 1976.

4 comentarios:

  1. Hermosísimas palabras. Tener boca para decirlas, cabeza para verlas, alma para sentirlas.

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  2. No son necesarios montones de palabras para conmover. Me gusta mucho la contundencia expresiva y la calidad descriptiva con la elipsis como piedra angular. Estos diminutos textos -y tus versos- son prueba excelente de lo que la condensación hace aflorar.

    Chiloé

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    1. Alegría volver a verte por aquí, Chiloé. Y además de conmover también reflexionar y desvelar. Salud!

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