El capital -hoy ilocalizado, uniformador y globalizado- que ya no produce, solo vampiriza, desempolva -de nuevo- la momia de la patria para que los de abajo se degüellen entre sí en nombre de lo que nombre no tiene, ni tendrá. La patria: ese fantasma (al que se le une otro nombre sin nombre: Dios).
Capital, Estado, Dios: tres fantasmas distintos y un solo espectro verdadero, que con sus dictados del Más Allá nos volatilizan la vida del Más Acá. Salud, Joan!
El capital -hoy ilocalizado, uniformador y globalizado- que ya no produce, solo vampiriza, desempolva -de nuevo- la momia de la patria para que los de abajo se degüellen entre sí en nombre de lo que nombre no tiene, ni tendrá. La patria: ese fantasma (al que se le une otro nombre sin nombre: Dios).
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