A unos policías que bebían
una copa de más en la mesa de al lado
les oímos decir que era más fácil
matar a un hombre que engañarle.
Tenían pinta de no saber lo que decían
pero saber muy bien de lo que hablaban.
Han pasado tres años, pero mi amigo y yo
seguimos muchas veces recordando la frase.
Tú lo sabes muy bien, le insistía uno a otro.
No sé lo que decían, pero se les entendía
perfectamente de qué hablaban.
Lo hacían en voz baja, aunque el alcohol alzaba
el asco que llegaba a la mesa de al lado.
Vomité aquella noche.
Es verdad que bebimos mucho más de la cuenta.
La espuma atragantada de una tarde
en la que mi amigo y yo aprendimos
que es más fácil matar a un hombre que engañarle.
Y algo más.
Que nunca fue una broma el ser humano
(a Pep Carrió)
Fernando Beltrán. Poemas rebeldes. Ediciones del 4 de agosto, 2014.
Imagen: Sliman Mansour. Prison, 1982.
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