miércoles, 29 de abril de 2020

EL SILENCIO DE LOS PETIRROJOS


Muy niño, de vacaciones en el pueblo,

un amigo llegó presumiendo de juguete:

una carabina.


¿Subimos a la sierra a pegar unos tiros?, me dijo.


Le acompañé sin ganas.

Y no sé por qué, ya de vuelta,

se la pedí un momento.


En lo alto de un chopo cantaba un petirrojo.


Sin querer apunté.

Disparé

sin querer.

No evité

lo que estuvo en mi mano,

lo que quiso mi dedo.


Desde entonces,

veo caer petirrojos.


Si compro calcetines a precio de sobra,

con la resaca de los naufragios,

cuando mis sobrinos juegan a matar enemigos,

en las reuniones del Fondo Monetario Internacional,

mientras alguien rebusca en la basura,

bajo las bombas de Alepo.


Cada día,

a todas horas,

veo caer petirrojos.




Ritxi Poo. El silencio de los petirrojos. A Fortiori, 2019.

Imagen: Pieter Brueghel. Paisaje de invierno con patinadores y trampa para pájaros (detalle), 1565.

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