Entre la realidad virtual y
el solipsismo
hay un espacio neutro
que suelen frecuentar los
muy piadosos.
Son los mismos que informan
cada día
de la proximidad del gran
portento.
Incluso en épocas de crisis
mortuorias,
cuando hasta los fuegos
fatuos escasean,
tienden a simular dos
realidades
y hacerlas doblemente
imaginarias.
Así van ensamblándose las
piezas
con que suelen armarse los
milagros.
José Manuel Caballero
Bonald. Diario de Argónida, 1997. En Somos el tiempo que nos queda. Obra poética
completa 1952-2009. Austral, 2011.
Imagen: Dino Valls
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