miércoles, 8 de abril de 2020

LA SAL


Si quieres analizar su ser, su función,

su utilidad en este mundo,

tienes que verla en su conjunto. La sal

no son los individuos que la componen

sino la tribu solidaria. Sin ella

cada partícula sería como un fragmento de nada,

disuelta en algún hoyo negro impensable.


La sal sale del mar. Es su espuma

petrificada.

Es mar que seca el sol.


Y al final ya rendido,

ya despojado de su gran fuerza de agua,

muere en la playa y se hace piedra en la arena.


La sal es el desierto en donde hubo mar.

Agua y tierra

reconciliados,

la materia de nadie.


Por ella sabe el mundo a lo que sabe estar vivo.





José Emilio Pacheco. Ciudad de la memoria, 1986-1989. En Los trabajos del mar. Poesía IV (1979-1989). Visor, 2014.

Imagen: Luca Galuzzi. Salar de Uyuni, Bolivia.

2 comentarios:

  1. Súbitamente, se colma mi memoria de luz, de esa luz que sólo irradian las salinas... y la mar. Qué bello poema.

    Salud!

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