La gente es mala.
Los animales y los niños son
egoístas.
Yo tuve la desgracia de
nacer demasiado bueno.
De no poder ser malo,
ni a la fuerza.
¿Qué hacer?, pregunta Lenin.
Aquí le quisiera yo ver,
con mi ingenuidad a cuestas,
con mi delicadeza a cuestas,
con mi Rimbaud a cuestas.
Aquí quiero yo verlos.
Delante de la piedra.
¿Quién tenderá la mano el
primero?
Yo.
Yo, que nací para ser como
he sido.
Yo, que sufrí más que César
Vallejo.
Yo, que mendigué el amor y
me dieron de hostias.
¿Qué hacer? Yo persisto.
Yo dejo pasar las ocasiones
como si fueran hojas secas.
Yo me olvido de que existe
el dinero.
Yo soy incapaz de hacer el
mal a una silla.
Aquí estoy con las manos
vacías y la boca llena de palabras.
Aquí estoy como un obrero
parado paseando junto al Sena.
Aquí estoy con mi jaba.
¿Qué hacer? Volver a Madrid,
divagar por el ático
contemplando el Guadarrama.
Y, un buen día, volver a
cruzar la frontera,
con mi ingenuidad a cuestas,
con mi delicadeza a cuestas,
con mi Rimbaud a cuestas.
Blas de Otero. Hojas de Madrid con La galerna (1968-1977).
Galaxia Gutenberg, 2010.
Imagen: Andréi Remniov. Завтра будет ветер, 2005.
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