jueves, 2 de julio de 2020

SUMISIÓN


Hay un olor

a soledad en el ambiente. Existe

un aroma narcótico que la multitud

usa como perfume. Acordes de una lluvia

que, como gotas de plomo, atraviesan

cualquier impermeable.


La gente camina

entre sus huecos sin medir el frío

de las estaciones. Transitan

por cables de alto voltaje. Renuncian

a escapar de la ciénaga. Yacen risueños,

boca abajo, y esperan la siguiente promesa,

apoyados en una ventana

de PVC barato.


Existe un estruendoso olor

a silencio tras las miradas húmedas

de las gabardinas que desfilan al compás

de los semáforos. Así que nadie observa

a los cadáveres capturar

la fragancia de luz muerta que respiran

desde la edad de los dinosaurios.




Inaxio Goldaracena. Irrealidad. Ediciones del 4 de agosto, 2019.

Imagen: José Clemente Orozco. El invierno, 1932.

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