Es el oriente por donde marchan las hijas a servir
a las casas de los hombres de manos blancas,
es al oeste donde queda madre, sin beso,
en la casa del hombre que reza el jornal
que llegue al amanecer, que espera el fin de la noche
con la botella vacía. Por eso, hija, pide el beso
que no llevó al ocaso cansado en la habitación
de la buhardilla. Por eso, madre, mira a la mañana
fría por donde sale un sol helado y cruel.
Pablo Müller. Pan y hierro. Ediciones del 4 de Agosto, 2019.
Imagen: Béla Tarr. El caballo de Turín, 2011.
Quien capte la trágica profundidad del poema
ResponderEliminarcaptará, si ha visto El caballo de Turín,
la acertada elección del fotograma.
Salud!
Una gran recensión, Loam, y gracias por lo que me pueda tocar. Salud!
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