lunes, 10 de mayo de 2021

EL VIRTUOSO


 

En los hoscos desmontes de la noche instala

sus tiendas el virtuoso.

                                               Deja

detrás un rastro

de flores mortuorias y cenicientos

mártires y vigila de cerca a los supervivientes

de esa maldita estirpe

de insumisos y de malmandados

cuyo exterminio incumbe al dios de los ejércitos.

 

El virtuoso evita las pernoctaciones

intramuros de la felicidad, comparte sus asuetos

con soldadescas y con clerecías

y gusta de exhibir su obsceno dogmatismo

como un nutriente de la lucidez.

 

El virtuoso cumple con sus pariguales

segregando monsergas y esgrimiendo

ese atroz manual del crimen por encargo.

Se llama propiamente el exterminador de lo distinto.

 

 

José Manuel Caballero Bonald. La noche no tiene paredes, 2009. En Somos el tiempo que nos queda. Obra poética completa 1952-2009. Austral, 2011.

Imagen: Mircea Suciu. Pointer, 2012.

5 comentarios:

  1. Si fuera un homenaje al autor, la elección de este poema no podría ser más acertada.

    Salud, Conrado!

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    1. Era un pequeño homenaje, Loam. Se nos ha ido una voz insumisa, de las imprescindibles. Que la tierra le sea leve. Salud!

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  2. El virtuoso, ese siendo larval del peor criminal, del que aprendemos las flatulencias de lo estrictamente moral.
    Gran Caballero Bonald. Me sumo al homenaje con agradecimiento.
    Salud, Conrado.

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  3. Las flatulencias sumarísimas del eso lo arreglaba yo en dos minutos. Gracias, LaNanaFea. Salud!

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