Ah !!! Conrado Santamaría, usté siempre apuntando fino sobre aquello que debe ser apuntado ...
¿Y qué precio tiene ese miedo? ¿A cuanto cotiza el miedo en el mercado bursátil? ¿Bastarán el caldero y el subsidio para pagarlo?
Tal vez sería bueno recordar a Madariaga cuando contó lo del terrateniente a la compra del voto campesino y un bracero, rechazando su dinero, le espetó: "En mi hambre mando yo".
Tal vez algo de eso nos convendría decir: "en mi miedo, en mi dolor, en mi caldero, en mi alegría ... mando yo", para empezar a desmantelar la representación y la letal contabilidad que la sostiene, para desatar la soga a quien ni siquiera sabe que en ella está anudado.
Dígote, Joan, que tienes en el escribir la mayor gracia y en el discurrir el no menor discernimiento. La historia del jornalero y su hambre la conocía yo, pero atribuida a un cantaora flamenca, de la que ahora no recuerdo el nombre. El miedo es sin duda la mercancía más cotizada por los mercados, aunque de forma subrepticia e hipocritona, no nos vayamos a percatar. Desmantelar la representación, hacia allí vamos. Salud!
Ah !!! Conrado Santamaría, usté siempre apuntando fino sobre aquello que debe ser apuntado ...
ResponderEliminar¿Y qué precio tiene ese miedo? ¿A cuanto cotiza el miedo en el mercado bursátil? ¿Bastarán el caldero y el subsidio para pagarlo?
Tal vez sería bueno recordar a Madariaga cuando contó lo del terrateniente a la compra del voto campesino y un bracero, rechazando su dinero, le espetó: "En mi hambre mando yo".
Tal vez algo de eso nos convendría decir: "en mi miedo, en mi dolor, en mi caldero, en mi alegría ... mando yo", para empezar a desmantelar la representación y la letal contabilidad que la sostiene, para desatar la soga a quien ni siquiera sabe que en ella está anudado.
Dígote, Joan, que tienes en el escribir la mayor gracia y en el discurrir el no menor discernimiento. La historia del jornalero y su hambre la conocía yo, pero atribuida a un cantaora flamenca, de la que ahora no recuerdo el nombre. El miedo es sin duda la mercancía más cotizada por los mercados, aunque de forma subrepticia e hipocritona, no nos vayamos a percatar. Desmantelar la representación, hacia allí vamos. Salud!
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